Coco es un pony de unos 20 años que lleva prácticamente toda su vida viviendo con la actual familia responsable.
Hace aproximadamente un año nos contactan porque han detectado que presenta un importante dolor aparentemente en sus extremidades anteriores, y le cuesta mucho caminar. Pasa bastante tiempo tumbado, aunque parece que eso no ha afectado a su apetito, pues sigue teniendo las mismas ganas de comer que siempre.
Cuando realizamos la primera exploración general, nos damos cuenta de que, a parte del motivo de consulta, presenta dolor en la articulación temporomandibular, lo cual, si sigues nuestras publicaciones, sabrás que es indicativo de algún desequilibrio en la tabla dentaria de nuestro paciente (te dejamos el enlace del artículo sobre «Cuestiones imprescindibles sobre odontología equina» para que puedas revisarlo).
El resto de la exploración general es totalmente normal, salvo que al intentar moverlo, muestra rechazo y no quiere caminar ni un solo paso y se coloca como si fuera un caballete. Colocamos la pinza de cascos y palpamos distintos puntos en ambas manos, lo que provocó en un resultado positivo al haber presencia de dolor. Tenía pulso digital e incluso en algunas partes se detectaba un reblandecimiento del casco con indicios de que debajo podría haber presencia de un absceso. Evidentemente, esto es un signo claro de que algo muy grave está ocurriendo a nivel del aparato locomotor de nuestro paciente.
Decidimos realizar un estudio radiológico del casco y detectamos que la línea que forman la tercera falange y el casco no era paralela, observando una evidente inclinación con incluso presencia de una pequeña fractura incipiente en la punta del hueso. Este proceso se conoce como Laminitis, y es una de las principales enfermedades que afectan a caballos, burros y ponys en nuestra clínica diaria.
La laminitis, también conocida como infosura, es una patología sistémica que afecta a los cascos, debilitante, extremadamente dolorosa y que puede ser mortal. Afecta al tejido blando del dedo (láminas sensitiva e insensitiva) provocando su separación, y por tanto rotación o desplazamiento distal de la tercera falange, causando degeneración, separación y necrosis del corion laminar .
Suele aparecer como consecuencia de la presencia de otras patologías:
- Enf. graves del tracto GI grave: cólicos, procesos diarreicos cronificados…
- Incorrecto balance nutricional por elevada concentración de fructanos en la dieta: exceso de grano, fruta, alfalfa, hierbas frondosas.
- Procesos septicémicos.
- Infecciones de útero secundarias a retención placentaria en yeguas recién paridas.
- Compensación por problemas en aplomo.
Existen determinados factores que pueden predisponer a que esta enfermedad aparezca:
- Elevada concentración glucocorticoides circulantes en sangre: enfermedad de Cushing, tratamiento prolongado con antiinflamatorios esteroideos (corticoides).
- SME (síndrome metabólico equino).
- Ausencia de ejercicio (asociado a obesidad).
- Fuertes y repetidos impactos en casco.
- Estrés: transportes, hospitalización…
- Incorrecto herraje.
- Atracón de agua fría después del ejercicio intenso. Antecedentes de laminitis.
Puesto que las imágenes radiológicas de Coco nos daban indicios de que se trata de un proceso bastante cronificado, decidimos realizar un venograma para poder dar un valor pronóstico. Esta técnica consiste en impedir el retroceso venoso dentro del casco colocando una venda compresiva, inyecta en la vena digital palmar un contraste, y realizar radiografías seriadas. El objetivo de esta técnica es poder comprobar hasta dónde llega el riego sanguíneo dentro del casco para poder valorar la irrigación de los tejidos y estructuras que conforman las manos del caballo.
Esta prueba nos dio mucha información a la hora de dar un pronóstico a la familia de Coco. El venograma es tan bueno que creemos que con tratamiento médico y una correcta ortopedia en manos de su herrador, podrían hacer que volviese a tener calidad de vida.
La laminitis crónica es una enfermedad que no tiene cura. Lo único que podemos hacer es paliar el dolor e intentar corregir en la medida de lo posible la inclinación de la tercera falange dentro del casco, trabajando muy de la mano con el herrador del paciente.
Coco lleva unos meses usando herraduras napoleónicas y con un tratamiento a base de antiinflamatorios de distinto tipo con seguimiento de nuestro equipo veterinario, y no sólo ya no pasa tanto tiempo echado, sino que se permite algún que otro galope jugando con el resto de la familia.
Desde AnimalFeel queremos darte dos recordatorios MUY IMPORTANTES:
- Antes de incorporar un nuevo miembro en la familia, sea de la especie que sea, te recomendamos que hagas una búsqueda de bibliografía sobre la biología de la especie. Es importante conocer cuáles son sus necesidades físicas, mentales y sociales para que podamos proporcionarle el bienestar que merece, y sobre todo para evitar problemas en el futuro. Además, podremos hacernos a la idea de si ese animal encaja en nuestro estilo de vida.
- Si detectas cualquier anomalía física o en el comportamiento de tu animal, contacta con un veterinario especialista en la especie. Como hemos dicho antes, está bien que utilicemos la tecnología para buscar información y enriquecernos, pero en muchas ocasiones esa información es incompleta o incluso errónea, y llevar a cabo determinadas prácticas sin supervisión pueden tener un resultado catastrófico para el animal (terapias no contrastadas, administración de medicamentos o finalización voluntaria de un tratamiento pautado, alimentación…). Siempre contrasta todo lo que leas con tu veterinario de confianza para asegurar la salud de tu peludo.