El caballo es un animal estrictamente herbívoro, diseñado para pasar dieciocho horas al día pastando. De hecho, cuando vemos un caballo en la naturaleza, vemos que el caballo está la mayor parte del tiempo comiendo del suelo de una forma u otra.
Cuando metemos a los caballos en cuadras, dentro del proceso de domesticación, alteramos una serie de comportamientos naturales. Al estabularlos dejan de comer lo que comerían en la naturaleza impidiendo el acceso libre a pasto todo el día, lo que puede generar un problema incluso en aquellos casos en los que damos dietas de alta calidad. Y a esto le sumamos que los dientes del caballo, a diferencia de los nuestros, son dientes hipsodontos (dientes rectangulares) que crecen durante toda la vida del animal.
Por tanto, al tener dientes que crecen toda la vida y al no ir desgastándolos como les ocurre cuando están libres, lo que se termina generando es cierto desequilibrio y ciertas irregularidades en las ramas maxilares y mandibulares. Esto termina siendo una incomodidad para el caballo y generando una serie de problemas para que haya una correcta deglución (y por lo tanto una buena absorción de nutrientes durante el proceso digestivo).
Esto repercute en la vida del caballo en todos los sentidos. Por ejemplo en los caballos que realizan actividades deportivas lo vamos a notar rápidamente en la boca, pero también en otros casos podemos ver que no engordan, que tienen mal olor en la boca o comportamientos que manifiestan incomodidad fruto del dolor.
Para prevenir todo esto, es importante realizar revisiones odontológicas al menos una vez al año. De hecho, hasta los cinco años es conveniente que hagamos incluso hasta dos revisiones anuales. ¿Por qué? Porque de los dos a los cinco años se produce el cambio de dentición (de dientes de leche a su dentición de caballo adulto). Y por tanto en este periodo van a pasar muchas cosas que es importante revisar con mayor frecuencia para poder anticiparnos a problemas más graves, o bien detectar retención de alguna de estas piezas de leche. De la misma forma, va a ser especialmente importante revisar con más frecuencia a nuestros caballos cuando se hacen geriátricos, puesto que al ser más mayores los dientes están más desgastados y cada pequeño cambio tiene que ser corregido antes de generar consecuencias peores.
Ahora bien, ¿qué necesitamos para hacer una revisión odontológica? Lo primero es decidir si es necesario realizar el proceso con sedación o sin sedación. Y esta decisión se toma con un criterio médico en base a varios motivos. El proceso no tiene por qué doler pero a veces, dependiendo de cómo sea el caballo o de la gravedad de la situación en la boca, será necesario sedar. La sedación es superficial en la mayoría de los casos, pero también puede ser que si tenemos un diente partido o hay que hacer una extracción complicada, podamos realizar bloqueos anestésicos de diferentes nervios.
Nuestras Unidades Móviles prestan el servicio de revisión odontológica y arreglo de tablas dentarias tanto de forma manual como con equipo eléctrico, sin cables. La realización en sí del proceso puede durar tan solo unos minutos. Al terminar, evaluamos que todo está correcto y una vez que se ha ido el efecto de la sedación (en aquellos pacientes que necesiten ser sedados) el animal puede volver a comer y a su vida normal, eso sí, con mucha más comodidad o incluso sin dolor.