El cólico es la principal urgencia médica y quirúrgica en los caballos, a la vez que es también la primera causa de muerte. Por tanto, hemos trabajado con numerosos casos y forma parte de nuestro día a día. Hoy queremos contarles qué cosas debemos tener en cuenta cuando nos aproximamos a un caballo de cólico, cómo hacemos nuestro abordaje clínico y qué papel juegas tú como propietario.
Lo principal es entender que cuando hablamos de síndrome cólico, nos estamos refiriendo exclusivamente a un dolor importante en la cavidad abdominal de nuestro paciente equino. Y aquí tenemos que puntualizar que en la cavidad abdominal tenemos más que vísceras digestivas. Por tanto, un cólico puede ser de origen digestivo (en la mayoría de casos, pues al ser animales herbívoros tienen un aparato gastrointestinal muy voluminoso), pero también no digestivo (por ejemplo: dolor ovárico en una yegua, obstrucciones urinarias, alteraciones hepáticas, etc.). Es por ello que, como decíamos antes, debido a su peligrosidad, en cuanto un propietario nos llama con este tipo de sintomatología se nos disparan las alarmas -y también la adrenalina- pues debemos actuar con rapidez y eficacia.
Cuando nos acercamos a un caballo con cólico necesitamos tener la máxima información posible. En este sentido, los propietarios, la familia que vive con el animal va a jugar un papel fundamental. Incluso, en muchas ocasiones, esta información la vamos obteniendo por teléfono mientras nos desplazamos hasta el paciente. ¿Y qué es lo que necesitamos saber? Es muy importante saber si ha comido recientemente, si ha estercolado, si orina, otros cambios que pudieran haber surgido en los últimos días, rendimiento deportivo, qué tipo de dolor expresa… Nadie conoce mejor al paciente en cuestión que quien convive con él. ¿Y por qué toda esta información es importante? Porque, por ejemplo, si el paciente ha comido en la última hora y ha empezado a mostrar sintomatología de cólico, es muy probable que el origen sea digestivo, y podemos hacernos una idea aproximada de los posibles órganos afectados.
Pero, ¿cómo identificar los síntomas susceptibles de dolor que caracterizan el cólico? La expresión de dolor en un caballo puede ser muy variable de un paciente a otro, y dependiendo del diagnóstico concreto, puede incluir:
- Estado depresivo.
- No quiere comer.
- Sudoración excesiva.
- Escarba el suelo, es decir, rasca el suelo con los cascos delanteros.
- Se mira los ijares de un lado y de otro.
- Se echa al suelo. Puede ser que se quede quieto o bien que se revuelque en el suelo girándose hacia un lado y hacia otro.
- Respira más rápido.
- Pulso acelerado.
- Distensión de alguna parte del abdomen.
Mientras llegamos, solemos recomendar al propietario que camine al caballo. Y es que el propio caminar genera un efecto de activación sobre la motilidad digestiva, por lo que se va a favorecer por ejemplo la expulsión de gas; a la vez que genera un cierto alivio del dolor visceral. Pero muchas veces ese alivio no es suficiente y el caballo quiere tirarse al suelo e incluso revolcarse. En esos minutos mientras llegamos, tenemos que hacer todo lo posible para que el paciente esté caminando y tranquilo, para que así no se revuelque, pues podría lastimarse al golpearse indiscriminadamente, y podría llegar incluso a torsionar una parte de su aparato digestivo, lo cual podría tener consecuencias fatales.
Una vez llegamos, la exploración clínica va a ser la que nos va a ayudar a plantear diagnósticos diferenciales, es decir, posibles diagnósticos que expliquen el cuadro que presenta el paciente. Suelen ser momentos difíciles, de dolor, muy angustiosos para la familia del paciente, pero es muy importante mantener la calma. Tenemos que pensar bien y rápido, pues hay ocasiones en las que la toma de decisiones son vitales para el paciente. Para ello, siempre realizamos una exploración general completa que incluya posibles indicadores del estado de hidratación y compromiso vascular, motilidad digestiva, toma de constantes vitales, estado de ganglios, posibles timpanizaciones, etc.
Unida a la exploración, y según el caso, necesitaremos realizar pruebas diagnósticas complementarias con el objetivo de conformar un diagnóstico certero. En nuestro protocolo de caballo con cólico siempre incluimos la palpación rectal y el sondaje nasogástrico. Es importante recalcar que el caballo es un animal que no puede vomitar, pudiendo llegar incluso a romper la pared gástrica si el estómago se encuentra muy distendido. También podemos realizar distintas pruebas analíticas de sangre y orina, que gracias al laboratorio de nuestra Unidad Móvil tendremos resultados en tan sólo unos minutos; así como técnicas de diagnóstico por imágen, que pueden ser imprescindibles para conformar un diagnóstico.
Los resultados de la exploración clínica junto a la información de las pruebas diagnósticas complementarias, nos van a brindar toda la información necesaria para poder realizar un diagnóstico certero, imprescindible para saber si el cólico es médico o quirúrgico, y por tanto para proporcionar un tratamiento específico que consiga resolver el problema de base. Si no sabemos lo que está pasando con exactitud, difícilmente vamos a poder ayudar a nuestro paciente.
Por todo ello, no olvides que el cólico es la principal causa de muerte en el caballo, por lo que si en algún momento ves que tu caballo empieza con alguna de la sintomatología que hemos relatado, ponte en contacto urgente con tu veterinario. Puede ser vital.